We usually think of surrender as a negative word of defeat. In the spiritual life, it is just the opposite. It is the first step to victory. Surrender is the way to begin and to begin again. In the spiritual life, we are not going to do much on our own. Actually, we are not going to do anything. God is the one to get us started and to keep us going. All we can do is to accept faithfully what He gives us. That is why surrender is so important spiritually.
Speaking for myself, I am very bad at surrendering to God. I usually think that I have a better way than God does. Generally what I have in mind is a more comfortable way, but a more comfortable way is rarely God's way. Speaking for myself, I seem always to prefer the easier way, and I resist God when He offers me a hard path. And yet surrender to God's way is the way of peace.
For example, I love to complain and to feel sorry for myself. This is definitely the comfortable way of the world. God says to me not to complain and to accept difficult situations joyfully. Usually I don't, and I only become more unhappy. When I do surrender to God and accept the difficulty that lies before me, I find interior peace. I would rather find this difficult peace in God's way than the comfortable unhappiness that I find doing it my way. Maybe I will learn someday! Surrender to God, and He will do everything for me.
Faithfully,
Fr. Baker
Por lo general, pensamos que rendirse es una palabra negativa de derrota. En la vida espiritual, es todo lo contrario. Es el primer paso hacia la victoria. Rendirse es la manera de comenzar y comenzar de nuevo. En la vida espiritual, no vamos a hacer mucho por nuestra cuenta. En realidad, no vamos a hacer nada. Dios es el que nos hace comenzar y nos mantiene en marcha. Todo lo que podemos hacer es aceptar fielmente lo que Él nos da. Es por eso que rendirse es tan importante espiritualmente.
Hablando por mí mismo, soy muy malo en rendirme a Dios. Generalmente pienso que tengo una manera mejor que la de Dios. En general, lo que tengo en mente es hacer cosas faciles, pero las cosas fáciles no son hechas a la manera de Dios. Hablando por mí mismo, parece que siempre prefiero el camino más fácil, y me opongo a Dios cuando Él me ofrece un camino difícil. Y, sin embargo, rendirse ante las cosas de Dios es el camino hacia la paz.
Por ejemplo, me encanta quejarme y sentir pena por mí mismo. Esto es definitivamente el camino cómodo del mundo. Dios me dice que no me queje y que acepte alegremente las situaciones difíciles. Normalmente no lo hago, y solo me vuelvo más infeliz. Cuando me entrego a Dios y acepto la dificultad que tengo ante mí, encuentro paz interior. Prefiero encontrar esta paz difícil a la manera de Dios que la infelicidad cómoda que encuentro cuando hago las cosas a mi manera. ¡Tal vez aprenderé algún día! Ríndete a Dios, y Él hará todo.
Fielmente,
el P. Baker