Thanksgiving is essential for a healthy spiritual life because it gets us out of ourselves! Turning away from self and being aware of our blessings helps us to make a gift of ourselves so that others can also be thankful. In the spiritual life, things are either getting better and better or worse and worse. There is no standing still. Thanksgiving definitely moves us forward fast!
The Eucharist is itself an act of thanksgiving for the greatest gift of self that has ever been made: Jesus giving Himself to us on the cross to the last drop of his blood. Eucharist actually means thanksgiving in Greek.
I find thanksgiving to be a great antidote for just about any interior struggles that I am facing. When I focus on my blessings, how can I be anything but better? I always remember a wonderful lady who worked at a Walgreens near a former parish. Her name was Marie. Whenever I greeted Marie and asked how she was doing, I always received this answer: "Blessed and highly favored." Marie had it right!
Faithfully,
Fr. Baker
¡La acción de gracias es esencial para una vida espiritual saludable porque nos saca de nosotros mismos! El no estar ensimismados y ser conscientes de nuestras bendiciones nos ayuda a hacer un acto de caridad para que los demás también puedan estar agradecidos. En la vida espiritual, las cosas están mejorando o empeorando. No podemos estar igual. ¡El Día de Acción de Gracias definitivamente nos hace avanzar más rápido!
La Eucaristía es en sí misma un acto de acción de gracias por el mayor don de sí mismo que jamás se haya hecho: Jesús entregándose a nosotros en la cruz hasta la última gota de su sangre. Eucaristía en realidad significa acción de gracias en griego.
Encuentro que la acción de gracias es un gran antídoto para casi cualquier lucha interior que yo enfrento. Cuando me concentro en mis bendiciones piensop, ¿no puedo ser otra cosa que no sea mejor? Siempre recuerdo a una dama maravillosa que trabajaba en un Walgreens cerca de una antigua parroquia. Su nombre era Marie. Siempre que saludaba a Marie y le preguntaba cómo estaba, siempre recibía esta respuesta: "Bendita y muy favorecida". ¡Marie tenía razón!
Fielmente,
El p. Baker
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