Dear fellow disciples, peace.
Today’s Gospel parable in a way teaches the disciples to be dishonest. Jesus uses the fact of character or behavior deviation to show how it is necessary to be clever with matters of the Kingdom.
To crossing of arms or letting the ship run with the flow is the naive attitude of those who do not care about salvation. The disciple works his salvation [every day] with fear and trembling (cf. Phil 2:12).
The cleverness of the disciple consists in being merciful and compassionate with his neighbor, and even more, to forgive and promote reconciliation. He is also encouraged and called to fight for justice and the dignity of every human being, from the womb to the tomb. That way he will be approved and admitted to God’s presence in the Kingdom of Heaven.
Let us pray Divine Spirit grant me the cleverness of the serpents and the simplicity of the dove in my discipleship. So that I strive to do God’s will every day I’ll merit to stand in His presence fearless as His child when my accounting hour arrives. Amen.
Queridos compañeros discípulos, paz.
La parábola del Evangelio de hoy en cierto modo enseña a los discípulos a ser deshonestos. Jesús usa el hecho de la desviación del carácter o del comportamiento para mostrar cómo es necesario ser inteligente con los asuntos del Reino.
Cruzarse de brazos o dejar que el barco fluya con la corriente es la actitud ingenua de aquellos a quienes no les importa la salvación. El discípulo trabaja por su salvación [cada día] con temor y temblor (cf. Flp 2,12).
La astucia del discípulo consiste en ser misericordioso y compasivo con el prójimo, y más aún, en perdonar y promover la reconciliación. También es alentado y llamado a luchar por la justicia y la dignidad de todo ser humano, desde el seno materno hasta la tumba. De esa manera será aprobado y admitido a la presencia de Dios en el Reino de los Cielos.
Oremos Espíritu Divino concédeme la astucia de las serpientes y la sencillez de la paloma en mi discipulado. Para que me esfuerce por hacer la voluntad de Dios todos los días, tendré el mérito de estar en Tu presencia sin miedo como Tu hijo cuando llegue mi hora de rendir cuentas. Amén.
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