He Stood for the Truth and Paid the Consequences!

01-22-2023Weekly ReflectionFr. Chris Nunes

Dear Fellow Disciples,

John the Baptist, sent to prepare the way of the Lord, seals his mission with his own blood, the ultimate sacrifice. In a god-forsaken region, the Galilee of the gentiles, where adultery wasn't a big deal, he stood for the truth about marriage ("It is not lawful for you to marry your brother's wife").

Doesn't it look like we are living in the same situation? It seems that human dignity is subjected to how "good" and "happy" people feel rather than if we are accomplishing or not the reason and the mission for which we were created.

The gospel of prosperity and political correctness that has been preached even in some Catholic churches around our country is just part of what John the Baptist and Jesus stood against in the Gospel.

Jesus, God-with-us to save, is the incarnation of supreme love and the only truth which sets humanity free. He starts his ministry of salvation, on the foundation of the Precursor and brings it to another level: DISCIPLESHIP. He calls others to take up, with Him, the responsibility and witness of the centrality of God in everyday lives. When we hear people saying that God is not in the center of their life and not a priority, it proves to us that conversion and discipleship are an urgent need amongst God's people, God's Church, the Catholic Church. The evil one is trying very hard to separate us from God so that he can destroy us.

Today's Gospel also reminds us that Jesus calls each one of us by name to join Him, to follow Him, to be with Him. Our ultimate happiness doesn't depend on human projects or love however great it may be, but rather on our response to His call ("They left their boat and their father and followed Him").

Let us pray for the gift of faith to follow Jesus into the life of God's love. This faith will help us to overcome the allurements of this world; its violence, injustice, darkness. death and false truths. Jesus is the Truth! Jesus is the Light! Sharing in His truth and light we'll be safe, saved and will bring that peace that surpasses understanding.

¡defendió la Verdad y Pagó las Consecuencias!

Queridos compañeros discípulos,

Juan Bautista, enviado a preparar el camino del Señor, sella su misión con su propia sangre, su último sacrificio. En una región dejada de la mano de Dios, la Galilea de los gentiles, donde el adulterio no era gran cosa, defendió la verdad sobre el matrimonio ("No te es lícito casarte con la mujer de tu hermano").

¿No parece que estamos viviendo en la misma situación? Parece que la dignidad humana está sujeta a lo "bueno" y "felices" que se sientan las personas más que a si estamos cumpliendo o no la razón y la misión para la que fuimos creados. El evangelio de la prosperidad y la corrección política que se ha predicado incluso en algunas iglesias católicas de nuestro país es solo una parte de lo que Juan el Bautista y Jesús se opusieron en el Evangelio.

Jesús, Dios-con-nosotros para salvarnos, es la encarnación del amor supremo y la única verdad que hace libre a la humanidad. Comienza su ministerio de salvación, sobre el fundamento del Precursor y lo lleva a otro nivel: EL DISCIPULADO. Llama a los demás a asumir con Él la responsabilidad y el testimonio de la centralidad de Dios en la vida cotidiana. Cuando escuchamos a la gente decir que Dios no está en el centro de su vida y no es una prioridad, nos prueba que la conversión y el discipulado son una necesidad urgente entre el pueblo de Dios, la Iglesia de Dios, la Iglesia Católica. El maligno está tratando con todas sus fuerzas de separarnos de Dios para poder destruirnos.

El Evangelio de hoy también nos recuerda que Jesús nos llama a cada uno de nosotros por nuestro nombre a unirnos a Él, a seguirlo, a estar con Él. Nuestra felicidad última no depende de los proyectos humanos ni del amor, por grande que sea, sino de nuestra respuesta a su llamada ("Dejaron su barca y a su padre y lo siguieron").

Oremos por el don de la fe para seguir a Jesús en la vida del amor de Dios. Esta fe nos ayudará a vencer las tentaciones de este mundo; su violencia, injusticia, oscuridad, la muerte y las falsas verdades. ¡Jesús es la Verdad! ¡Jesús es la Luz! Compartiendo en Su verdad y luz estaremos a salvo, estaremos seguros, y traeremos esa paz que sobrepasa todo entendimiento.

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