Dear Fellow Disciples, peace.
The parables of today's Gospel illustrate different paths leading to discipleship in the kingdom of God (or... of Heaven, as Matthew likes to call it).
The metaphor of the found treasure shows the kingdom flourishing within someone who welcomes it. Even though with no preparation, almost in a hurry. In a short time, the person passes through a conversion experience, touched by faith, leaving behind sin and vices.
The purchased pearl, found after an extensive search, shows a different situation. The kingdom is found after a long and persevering search. The person genuinely wants a change of life and so takes the time to search for the right path. Once the path is found and the kingdom is present the fruits are abundant. As a result, the person is open to practicing goodness and solidarity.
Every disciple finds a unique path. There is no generic path for everyone. The change of life, or conversion, is a sign that the disciple welcomed the kingdom of God (or...of Heaven). It is reflected clearly in his/her life, no more bound by sin but rather open to mercy and merciful love.
Conversion of life must be achieved, for discipleship to be real, be present, be fruitful.
May the Holy Spirit, the sanctifier, help us to make present the Kingdom of God in our lives, and empower us to live a life of continuous conversion and generous service.
Queridos discípulos, paz.
Las parábolas del evangelio de hoy ilustran diferentes caminos que conducen al discipulado en el reino de Dios (o... del cielo, como le gusta llamarlo a Mateo).
La metáfora del tesoro encontrado muestra el reino que florece en el interior de quien lo acoge. Aunque sin preparación, casi con prisa. En poco tiempo, la persona pasa por una experiencia de conversión, tocada por la fe, dejando atrás el pecado y los vicios.
La perla comprada, encontrada después de una extensa búsqueda, muestra una situación diferente. El reino se encuentra después de una larga y perseverante búsqueda. La persona quiere genuinamente un cambio de vida y por eso se toma el tiempo para buscar el camino correcto. Una vez que se encuentra el camino y el reino está presente, los frutos son abundantes. Como resultado, la persona está abierta a practicar el bien y la solidaridad.
Cada discípulo encuentra un camino único. No existe un camino genérico para todos. El cambio de vida, o conversión, es una señal de que el discípulo acogió el reino de Dios (o... del Cielo). Se refleja claramente en su vida, ya no atada al pecado sino abierta a la misericordia y al amor misericordioso.
Se debe lograr la conversión de vida, para que el discipulado sea real, esté presente, sea fecundo.
Que el Espíritu Santo, santificador, nos ayude a hacer presente el Reino de Dios en nuestra vida, y nos capacite para vivir una vida de conversión continua y de servicio generoso.
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