Dear Fellow Disciples, peace.
At the end of the discourse on the bread of life there is drama among Jesus' listeners, "this discourse is too hard". The disciples face a decision, to leave or to stay with Jesus. Jesus doesn't impose himself and always keeps the doors open. Only those who really want to stay do so, nobody is forced.
"Are you also leaving?" rather than be a concern it is a challenge. Leaving will signify the return to our old self, our own way, to the church of one person (me, myself, and I). Staying signifies the desire to change, to convert, to follow Him, to learn from Him, to proclaim Him.
To be a disciple we first need to discern Jesus' teaching. The Church helps us with that. Secondly, we need to surrender like Peter's "to whom we shall go? You have the words of eternal life". Thirdly, we need to follow in discipleship.
Discipleship is the school of Jesus to form apostles, evangelizers, saints.
May the Holy Spirit keep our heart, mind and soul so united with Christ, especially in the Eucharist that like Peter we will be convinced that only with Jesus we'll be our real self and will do great things in the world and for others.
Queridos discípulos, paz.
Al final del discurso sobre el pan de vida hay un drama entre los oyentes de Jesús: “este discurso es demasiado duro”. Los discípulos se enfrentan a una decisión: irse o quedarse con Jesús.
Jesús no se impone y siempre mantiene las puertas abiertas. Sólo los que realmente quieren quedarse lo hacen, nadie es obligado. “¿También vosotros os vais?” más que una preocupación es un desafío. Irse significará el regreso a nuestro yo antiguo, a nuestro propio camino, a la iglesia de una persona (yo, yo mismo y yo). Quedarse significa el deseo de cambiar, de convertirnos, de seguirlo, de aprender de Él, de proclamarlo.
Para ser discípulos, primero necesitamos discernir la enseñanza de Jesús. La Iglesia nos ayuda con eso. En segundo lugar, necesitamos entregarnos como Pedro: “¿A quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”. En tercer lugar, necesitamos seguir en el discipulado.
El discipulado es la escuela de Jesús para formar apóstoles, evangelizadores, santos.
Que el Espíritu Santo mantenga nuestro corazón, mente y alma tan unidos a Cristo, especialmente en la Eucaristía, que como Pedro estemos convencidos de que sólo con Jesús seremos nosotros mismos y haremos grandes cosas en el mundo y por los demás.
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