Dear Fellow Disciples,
This Sunday Jesus' prayer inspires us to address the Father as our Abba (daddy). It also teaches us, as His disciples, to transform our prayer into a continuous dialogue with the Father. God is before all, in Jesus's teaching, Our Father and we are brothers and sisters. So He cares and will care for us.
The dialogue with the Father will have as a result first a relationship based on trust and surrender. Secondly, a conversation from heart to heart as St. John Henry Newman would say in his episcopal moto (cor ad cor loquitur).
In this relationship with the Father there is no space nor time for fear. The only fear allowed is the fear of offending His love for us. Fear builds up a wall between the Father and his children, and impedes the disciple to be in communion with Him. Jesus's appeal to the disciples of all times is to never forget that the Father loves, and will keep loving us for all eternity, each one of us. We can respond to His love only by loving Him in return. Then we'll be able to love others, to love the crazy world we live in and to make a positive impact in it.
St. John of the Cross suggests "where there is no love, you must sow love and you'll reap love".
Queridos compañeros discípulos,
La oración de Jesús de este domingo nos inspira a dirigirnos al Padre como nuestro Abba (papá). Nos enseña también, como sus discípulos, a transformar nuestra oración en un diálogo continuo con el Padre. Dios es ante todo, en la enseñanza de Jesús, Padre Nuestro y, por Él somos hermanos y hermanas. Así que Él se preocupa y cuidará de nosotros.
El diálogo con el Padre tendrá como resultado primero una relación basada en la confianza y la entrega. En segundo lugar, una conversación de corazón a corazón como diría San Juan Enrique Newman en su moto episcopal (cor ad cor loquitur). En esta relación con el Padre no hay espacio ni tiempo para el miedo. El único temor permitido es el temor de ofender Su amor por nosotros. El miedo levanta un muro entre el Padre y sus hijos, e impide al discípulo estar en comunión con Él.
El llamado de Jesús a los discípulos de todos los tiempos es que nunca olviden que el Padre nos ama y nos seguirá amando por toda la eternidad, a cada uno de nosotros. Podemos responder a Su amor solo amándolo a Él en respuesta. Entonces seremos capaces de amar a los demás, amar el mundo loco en el que vivimos y tener un impacto positivo en él.
San Juan de la Cruz sugiere "donde no hay amor, debes sembrar amor y cosecharás amor".
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