Caesar or God

10-22-2023Weekly ReflectionFr. Chris Nunes

Dear Fellow Disciples, peace.

The treacherous question posed to Jesus by the disciples of the Pharisees along with the partisans of the Herodians is hiding a dimension that often stays hidden. The payment of taxes to the emperor goes beyond the submission to an oppressive power from which everyone wants to be set free, including the Pharisees. They knew very well the weight of iniquity that the occupation of the Romans was imposing on them.

Jesus was worried about the arrogance of the Emperor when he thought himself to be a god and demanded to be treated as such.

The taxation was used and meant to be a kind of offering given to a divinity whose power was felt among the people. Jesus could never accept or be part of this abusive posture. He was centered on the Father and on the Kingdom. Jesus' answer, "Give to Caesar what is Caesar's and to God what is God's" establishes the limits between God and Caesar. The payment of taxes to the Emperor is irrelevant compared to what is due and exclusive to God: our adoration. What belongs to God can never be given to Caesar. In fact, Caesar himself is God's. Saint John Bosco in his preventive system of education made sure his followers knew that their mission was to form good citizens and good Christians. It seems that this system and intuition give some light in our relationship with the world's things we need to deal with every day and with the things of God.

May the Holy Spirit give us wisdom in our daily challenge to be good citizens and good Christians.

César o Dios

Queridosm discípulos, paz.

La pregunta traicionera que le plantearon a Jesús los discípulos de los fariseos y los partidarios de los herodianos esconde una dimensión que a menudo permanece oculta. El pago de impuestos al emperador va más allá de la sumisión a un poder opresor del que todos quieren liberarse, incluidos los fariseos. Sabían muy bien el peso de la iniquidad que les imponía la ocupación de los romanos.

Jesús estaba preocupado por la arrogancia del Emperador cuando se creía un dios y exigía ser tratado como tal.

Los impuestos se utilizaban y pretendían ser una especie de ofrenda entregada a una divinidad cuyo poder se sentía entre el pueblo. Jesús nunca podría aceptar ni ser parte de esta postura abusiva. Estaba centrado en el Padre y en el Reino. La respuesta de Jesús: "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" establece los límites entre Dios y el César. El pago de impuestos al Emperador es irrelevante frente a lo que se debe y es exclusivo de Dios: nuestra adoración. Lo que pertenece a Dios nunca podrá ser dado al César. De hecho, el propio César es de Dios.

San Juan Bosco en su sistema preventivo de educación se aseguró de que sus seguidores supieran que su misión era formar buenos ciudadanos y buenos cristianos. Parece que este sistema y esta intuición dan algo de luz en nuestra relación con las cosas del mundo con las que debemos lidiar cada día y con las cosas de Dios.

Que el Espíritu Santo nos dé sabiduría en nuestro desafío diario de ser buenos ciudadanos y buenos cristianos.