Dear Fellow Disciples, peace.
The scene of the Final Judgement calls the attention of the disciples to their responsibility to live everyday life with their feet very grounded on earth but with their hearts and eyes fixed on heaven. Our historical gestures have an effect on our eternity.
The criteria of the judgment will be love, and practice towards God disguised in the hungry, thirsty, immigrants, naked, sick, and prisoners. Charity towards them will not be forgotten by the just Judge and will impact the verdict on human history. The uncharitable attitude and gestures will not go unnoticed. The mistreatment of the poor, the homeless, and the defenseless, like the unborn will also be remembered. It will be rewarded accordingly.
Beatitude and curse are built in the concreticity of everyday life. On our way to live charity towards God's little ones. In the end, the just Judge will only confirm our decision or not taken during our life, for charity and goodness.
May Christ the King be allowed to set His throne in the center of our hearts and lives. May the Holy Spirit help to prepare such a throne and the same fire of charity blazing in the heart of Jesus.
Queridos discípulos, paz.
La escena del Juicio Final llama la atención de los discípulos sobre su responsabilidad de vivir la vida cotidiana con los pies muy puestos en la tierra pero con el corazón y los ojos fijos en el cielo. Nuestros gestos históricos tienen un efecto en nuestra eternidad.
El criterio del juicio será el amor y la práctica hacia Dios disfrazados en hambrientos, sedientos, inmigrantes, desnudos, enfermos y prisioneros. La caridad hacia ellos no será olvidada por el Juez justo e impactará el veredicto en la historia humana.
La actitud y los gestos poco caritativos no pasarán desapercibidos. También se recordará el maltrato a los pobres, a los sin hogar y a los indefensos, como a los no nacidos. Todo se pagará de acuerdo a los actos.
La bienaventuranza y la maldición se construyen en la concreticidad de la vida cotidiana. En camino a vivir la caridad hacia los pequeños de Dios. Al final, el Juez justo sólo confirmará las decisiones tomadas o no durante nuestra vida, por caridad y bondad.
Que a Cristo Rey se le permita establecer Su trono en el centro de nuestros corazones y vidas. Que el Espíritu Santo ayude a preparar tal trono y el mismo fuego de caridad ardiendo en el corazón de Jesús.